La poeta Dalia Larisa tiene un “Antes y Después”

La poeta Dalia Larisa Juárez habla de su nueva publicación Antes y Después, que tienen una conexión inmediata con su texto anterior. En el encuentro con Artes y Destinos aborda su postura feminista y la necesidad de seguridad social para no solo los escritores, sino los autores en el mundo del arte. Una escritora sensible a la necesidades de la sociedad.   

Por Demian Chávez.

Querétaro, Qro. 4 de septiembre de 2021.-  La escritora Dalia Larisa Juárez Otero vuelve como huracán con dos libros publicados después de una pausa editorial. En sus palabras, indica que son libros que están escritos con mucho cariño y bromea “yo pensé que estos (nuevos) libros iban a ser solamente para mi. Anteriormente me habían publicado poesía erótica, que también es a la vez una reapropiación de placer femenino en mis propios términos, por supuesto. Y también una postura feminista. Aunque no me define el amante, yo me defino a mí y también me permite definir a los amantes”. Con estos libros es padre poder ver publicada esta otra etapa de la vida: De madre y de persona vulnerable  a los afectos familiares.

Foto: Demian Chávez.

La poeta comparte en los libros Ludovico El Volador y Antes y Después son una trilogía que circunda sobre la vida de su hijo. En Ludovico El Volador (publicado por el Fondo Editorial de Querétaro), describe que son diálogos y poesía maternal que comienzan cuando el bebito se lo dan a la mamá después de nacer y ésta lo descubre, le cuenta los dedos de las manos, quedando embelesada. La historia prosigue hasta el fin de la cuarentena con una postdata cuando  el bebé está gateando.

Del libro Antes y Después expresa que son como si fueran las solapas del anterior. El Antes es cuando está en el embarazo y aún no tiene nombre el bebé, no se sabe si es niño o niña, los miedos maternales, las pesadillas, las esperanzas y todo el cambio físico que ocurre en el embarazo dentro del cuerpo de la mujer. Y en el Después  referencía a un niño de kinder que culmina con un muchacho de 20 años.

Expresa que es “el texto es un trabajo de desapego, una relación consciente de no quiero ser como mi madre, quiero ser más tu amiga mientras crezcas, tu paño de lágrimas o tu consejera cuando tú lo necesites. Quiero ser más yo. Ya no me veo sin tu paso por mi vida, porque me destejí a mí para tejerte a ti. Igual me tejieron mis padres y ellos se ven al final en tí porque es el mismo hilo. Entonces jugando con esta idea de la ascendencia, de la descendencia de cómo nos vemos en la mirada de los hijos esa es la relación con los textos. Madre Antes del parto, madre Después del parto.

¿El texto funciona como espejo con la relación con tu madre?

Yo creo que sí, la relación con mi madre fue más bien simbiótica. Mucho de su madurez y su juventud la vivió con nosotras sus hijas. Con los hijos no le pasó tanto. Como abuela se repitió como madre y le costó mucho trabajo desapegarse de los nietos. Mi relación con ella está en no repetir lo mismo. Ella encerró muchos de sus sueños en cajoncitos y les echó llave. Pudo haber sido muchas cosas, muy buena lectora, muy inteligente en la conversación pero lo único que tuvo fue la crianza de los hijos y de repente esos amores son muy sofocantes, porque le ha costado mucho trabajo irnos soltando en ese sentido. Ahora como personas adultas sus hijos le cuesta no tener a quien cuidar. Así las construyeron y también ha sido un aprendizaje muy fuerte para ella.

La poeta evita repetir las mismas dinámicas e intenta soltar, comenta que ahora es tiempo de abrir esos cajones de cosas pendientes que dejó cuando nació su hijo ya que “tuve que dejarlo todo porque así me lo ha premiaba a la vida. Tener dos trabajos, con la precariedad dejar de editar libros o de estudiar una maestría o posgrado. Dejar muchas cosas que eran eran como alimento personal. Y ahora es reaprender porque no se puede soltar.

La construcción de su poesía

En la dinámica cotidiana la poeta encuentra varios momentos al día para poder sentarse a acariciar las letras, las palabras e irlas entretejiendo a dos agujas.

“Cuando escribo de cero es porque acaba de impresionarme algo y tengo que sacarlo de mi pecho. Soy compulsiva escribo todo el tiempo, dos líneas por aquí, tengo anotaciones en cuadernos, uso tanto las redes sociales como mi drive personal. Al final del año voy borrando lo que no sirve y lo que sí lo voy conformando en carpetas, lo que tengo suelto en papeles también lo paso a digital”.

Juárez Otero menciona que ha adaptado otras metodologías de trabajo y asume que estás siempre son cambiantes como todas las formas narrativas. “No podemos narrar igual que hace 200 años o hace 20. Ahora tenemos una explosión de TikTokers que les antecedían los microrelatos, entonces tienes que ser minimalista como en los poeminimos o los hiku, que vienen de estas culturas monosilábicas en donde menos es más. Ya vivimos la cultura castellana con el barroco y su exceso de descripciones o adjetivos. Ahora es ponerlo más minimalista, como bocadillo perfecto, bien presentado y nutritivo, así tiene que ser la literatura hoy: Poderosa y bella.

Poeta feminista

Dalia se considera feminista y reconoce el trabajo arduo de las jóvenes activistas de la actualidad sin olvidar a quienes les antecedieron.

“A lo mejor no estoy de acuerdo con algunas cosas, pero creo que las consignas son muy justas. El día que la ley se cumpla a rajatabla, entonces diré esas no son las formas. Soy también abogada entonces estoy consciente de esta cuestión. Y aunque soy de las mujeres que todavía gusta de depilarse, maquillarse y que decidí criar; también en esta manera de vivir está la forma del feminismo que yo he tomado. La respuesta la tiene la filósofa Simón de Beauvoir cuando menciona que -el feminismo es una forma de luchar colectivamente, pero de vivir llindividualmente-”.

 

La sobrevivencia del artista.

 No solamente la venta de los libros o de la obra asegura un bienestar y seguridad para los creadores. La poeta indica que en publicaciones ella ha participado ingresando presupuesto para la producción de su obra. Confiaza que los escritores viven no solamente de su obra, también de dar conferencias y clases.

“La mayoría de los escritores son profesores universitarios o de preparatoria y con eso ahí la llevan. A veces ganan un premio si meten un gol en los concursos, eso da un respiro temporal. Pero en un premio grande como 500 mil pesos yo creo que dura un año porque a lo mejor hay deudas adquiridas o se invierte en herramientas buenas para nuestra propia escritura. No se vive de la literatura a menos de que te toque el premio Nobel (explota en risas) o una situación de ese estilo. Ahora lo que he hecho un poco es corrección de estilo de literatura de personas que van empezando. Así le hacía julio Cortázar, también también sobrevivió de traducciones, Francisco Cervantes quien tradujo a Fernando Pessoa y ganó la beca Guggenheim, en el Estado fue becado como autor de emérito, igual Salvador Alcocer corrió con suerte de que lo becaran en ese sentido”.

La poeta propone una medida superior a las becas. “Sería muy bueno podernos organizar en Querétaro, renunciar un poquito a nuestros egos y formar un fideicomiso porque la precariedad es cada vez más agresiva, y que se pudiera pagar una casa de asistencia en el caso de qué la familia no pudiera. Si nosotros no formamos esta red de iniciativa no podemos presionar a los gobiernos en turno que den una parte. Siempre hay que pensar a largo plazo.

Dalia Larisa confía en que hay en el ambiente propicio para vivir del arte, “creo que el arte debería de ser tomada como cualquier carrera liberal. No habría tanta delincuencia en nuestro país si hubiera más casas de cultura en cualquier rincón o municipio de este país; el narcotráfico tendría mucho menos oportunidad. La cultura si bien no deja dinero es un camino cuasi espiritual que cualquiera puede cruzar si debería ser una vía a la que se le invirtiera directamente más en lugar de generar más policías. Es una inversión a largo plazo pero la ganancia es tener una sociedad más sana. La cultura son como las vitaminas de un cuerpo”.

Dalia Larisa Juárez además de abogada, correctora de estilo, poeta tienen en la mira afinar sus textos de narrativa en el tintero. Ella tendrá una gira de presentaciones de su reciente libro que anunciará en sus redes sociales.

Foto: Demian Chávez

About Demian Chavez

Demian Chávez. (Piscis. 1975) Catedrático, Fotoperiodista y (ex)Tablajero. Estudió Artes Visuales y Docencia del Arte. Ha sido corresponsal fotógrafo para agencias nacionales e internacionales. Profesor de la Facultad de Artes de la UAQ; y conferencista en diversos foros en el país y el extranjero. Su obra artística y documental se ha exhibido en Cuba, España, Chile, República Dominicana y Francia. También Sketcher en ciernes. Hasta hoy es director, editor, aguador y becario de Artes y Destinos. No entiende de fútbol pero si sabe cambiar un foco y una llanta de auto. Vea su trabajo en www.demianchavez.com