Por Demian Chávez.
El edificio de Multimundo Radio por más de 62 años albergó la historia de la radio queretana, esta semana realizó sus últimas transmisiones para bajar el switch y dejar un cascarón para mudarse a un espacio más moderno. Sin embargo, la nostalgia de los trabajadores de la radio y sus radio escuchas por el edificio hace que la despedida sea más emotiva.
A diferencia de otros medios de comunicación, incluidos los distribuidos por internet y redes sociales; el fenómeno de la radio permite que, por un lado, la imaginación del radio escucha genere imaginarios colectivos y por otro, las voces que a diario escucha las integre a su vida cotidiana, de tal manera que se apropian de los personajes que les acompañan en los mercados, los taxis, el transporte público, el hogar y pasan a ser parte de la familia. Al menos así lo dejó notar la audiencia que tuvo Nancy Bailón y Luis Arturo Rodríguez en el último programa de La Parada Morning Show; programa que inició sus transmisiones durante la pandemia a través de la frecuencia 92.7. La cercanía con los locutores es evidente en un mensaje de whatsapp en el que se lee “… se les va a extrañar en Zaragoza, no he podido ir porque tengo enferma a mi ma-”.
Multimundo generador de imaginarios y experiencias.
Lupita, quien se esfuerza porque el último día rinda y quede limpio todo, pasa el trapo y trapeador por las ahora vacías cabinas y salas de ecléctica distribución. En este edificio no hubo espacio desperdiciado, cada rincón fue una cabina u oficina. Ahora quedan muebles, stikers, cables por ahí, recuerdos de los campamentos que buscan “hacernos una familia. Una empresa más humana”, indica Bailón, antes de entrar a su ahora vacía oficina. Luego recuerda las oficinas y salas de juntas donde se daban los muy conocidos estilos de regaño de Joaquín San Román y Andrés Esteves o los jalones de orejas de Fernando Robledo.
Zaragoza 15 poniente, mar de recuerdos.
La periodista Perla Sánchez se relacionó con la radio cuando pequeña. Desde Madrid España, comparte que su primera casa radiofónica fue Canal 98. “Cuando tenía máximo 11 años, escuchaba un programa de radio con Noel Medina, Hero, el Amoroso; y en algún momento hicieron casting de voces infantiles para contar cuentos y ahí me encontré con gente, que ahora son grandes amigos, como Pepe Gómez, que era productor y locutor de aquel entonces. A los 15 años tenía super claro que quería hacer algo con la radio, pero sobre todo, trabajar en medios de comunicación y a los 17 empecé a trabajar en Corporación Multimundo. Inicié como locutora, todavía existía Radio Alegría y estuve en controles remotos, conciertos”.
Sobre el espacio indica que “es un edificio que para mi tiene muchísimos recuerdos. Con Multimundo fue mi primer nómina y aprendí mucho de la gente que estuvo ahí, como Carlos Aníbal uno de mis jefes y gran productor. El edificio no es que sea un cascarón ahora, es un monumento de recuerdos”.
Perla Sánchez comparte que cuando entró a la universidad fue gracias a una beca que promovía el STIRT Querétaro, que en aquel tiempo dirigía Juan José Flores Solorzano. “Mis padres no hubieran podido pagar la cuota completa, y el sindicato hizo un convenio y gracias a este pude entrar con beca. Le debo tanto a la radiodifusión porque me enseñó un oficio que me preparó para el futuro; para la Perla de hoy”.
Ricardo Hernández Olvera, operador de consolas, tiene 26 años dedicados a la radio. Revela que de niño “pasaba con mi mamá cuando venía a las tortillas a Zaragoza, ahí por El Tanque, y mi primer emoción era ver los bomberos y la segunda: las estaciones de radio. Nunca me imaginé trabajar aquí. Me gustaba escuchar las estaciones que eran gruperas en ese tiempo. Hoy son sentimientos encontrados, recordar de cuando pasaba de niño y ahora saber que trabajé y que me tengo que ir otra vez”.
Ricardo Olvera recuerda que entró como operador en Grupo Acir, en 1992, y hacia 1995 a Multimundo. “En aquel tiempo, no había locutores (en producción), había cartucheras, discos de acetato, no había una computadora”. De memoria advierte que la computadora que llegó era para los comerciales. Luego, empezaron a grabar los locutores en cinta de carrete, y los cartuchos eran los comerciales.
La tecnología ha ido evolucionando, “cuando llegué había cuatro estaciones, estuve en grabaciones, y me tocó encartuchar para cada estación, editar en las bobinas que te mandaba el cliente, misma que cortabas y editabas. Luego llegó el Dat, después el minidisc, de ahí el compacto y ya después la computadora. Ahí editas y haces todo lo que antes hacíamos a mano para cada estación en un cartucho, ahora mandas por internet todo”.
Fernanda Robledo, creció en el edifico desde sus 3 años. Al paso del tiempo le tocó visitar a su padre y conocer todos y cada uno de los cables de Multimundo. Las emociones le llevan a experimentar una revolución a su interior. “cuando se tomó la decisión de cambiarnos de oficina, jamás pensé que iba a remover tantos sentimientos ese cambio. -está padrísimo, un lugar nuevo, más moderno, pero al momento de ver como se iban cambiando las cabinas y llegando la fecha del ultimo día que vienes a trabajar, es el ultimo día que transmite EXA y la MEJOR, si son muchísimos sentimientos, es mucha nostalgia, son tantos recuerdos. Yo conocí este lugar porque venía acompañar a mi papá a trabajar. Luego se convirtió en un lugar donde estoy trabajando. Crecí en este edificio y estoy segura que siempre que pase (por fuera) voy a sonreír”.
Robledo expresa que “desde chiquita amé la radio, desde mi abuelito, que también era radio difusor. De niña le pedía a mi papá en vacaciones, las programaciones que eran impresas, un boche de hojas, y me la pasaba escuchando las canciones y que sí las pusieran o entraran bien los spots, lo traía muy natural”.
Sobre el cambio subrayó que es de 180 grados, “Creo que los cambios son siempre buenos, aunque nos den este tipo se sentimientos”. Indica que la cercanía física con el público que otorgaba el antiguo edificio ahora será resuelta con mucha creatividad, “vamos a ingeniárnoslas para estar cerca de la gente. Porque es algo que a todos nos encanta”.
Nancy Bailón, una locutora con más de 22 años frente a los micrófonos del corporativo comparte los sentimientos encontrados de dejar el emblemático edifico y mudarse a un espacio nuevo con un estilo de co-working, donde se crea una diferente comunidad radiofónica. Durante el recorrido por las instalaciones le vuelven los recuerdos en donde se encontraban las oficinas, salas, despachos, áreas administrativas, la puerta trasera por donde escapaban los famosos o los políticos, cabinas de transmisión y grabación. Todo un cúmulo de emociones que llegó a las lágrimas, dejó ver en la última transmisión del programa La Parada Morning Show que junto con su co-estelar Luis Arturo, despidieron en punto de las 9:45 de la mañana del viernes 13 de enero. Las muestras de afecto de los escuchas fueron tanto virtuales como presenciales. Personas que acudieron directamente a las instalaciones fueron a ver como ocurría la magia de la radio.
Bailón refiere que “la radio ha sido una magia para mi, crecí profesionalmente; he conocido y tenido grandes maestros (como) Joaquín San Román. Muy pocos te enseñan a hacer radio. Pero Joaquín siempre tuvo ese tiempo para enseñar. Mi director, Jaime Robledo también. Le admiro que nunca deja de capacitarse”. Bailón parafrasea a Robledo, “no dejen de leer el periódico, todos los días tenemos que estar informados”.
Para el inicio de su nueva etapa lleva audífonos nuevos. “es como ir a mi siguiente grado de la primaria, estoy muy emocionada. Y si, da tristeza dejar este rincón porque de niña venía con mi mamá. Que fue diputada y la acompañaba. Y por otro lado, tenía al tío Pepe Bailón, el que hacía los bailes. Recuerdo que fue al primero que le dije que había pasado el casting de radio. Me acuerdo que lloró”.
Un tiempo le dio por hacernos exámenes de política, de olimpiadas. Todos los días te traía en chinga, y los lunes, estabas como en la escuela cuando el maestro decía -saquen una hoja-; porque no sabías que te iba a preguntar. Eso nos hace a todos comunicólogos responsables”.
