Valerio Gámez entre el boicot estético y la banalidad de la imagen.

Por Demian Chávez.

Querétaro, Qro. 19 de agosto de 2021.- Durante años había quedado una conversación pendiente con Valerio Gámez. Él es un artista conceptual que abraza desde la instalación, el performance, la moda y ahora retoma la fotografía para darnos una exhibición que llega a los límites del documental, la streetphoto, adelantándose a las imágenes banales de las redes sociales. Ya que su trabajo fue realizado antes de la popularidad de la imagen digital, el Instagran y Facebook. Por años pausó exhibir en Querétaro por la censura y porque buscó otros espacios de acuerdo a su propuesta visual. Para muestra que preparó en la Galería Libertad pretende que el espectador se identifique con el ensayo fotográfico “Fotos muchas fotos”.

Antes de la formal entrevista hablamos de las políticas publicas que se fueron y que podría ser. Recordamos quienes habían hecho que cosas en las instituciones, de la censura y el inevitable tema de las anécdotas fotográficas a 182 años de la popularización de la fotografía, en aquel entonces, daguerrotipia.

 

Foto: Demian Chávez

Al encuentro de la banalidad de la imagen.

En palabras del autor “esta exposición es un gusto muy personal y la monté con cariño. Es una exposición sencilla en el sentido de producción, sin embargo, las fotografías tienen mucho contenido significativo y simbólico para mi. Es un proyecto que inicié en 2003 mientras vivía en la ciudad de París y la intensión era (recién había adquirido una cámara Nikon F100), ir y registrar lo que visitaba por primera vez. Viviendo allá quería registrar todo”.

“Rápidamente me dí cuenta que no era la fotografía espectacular la quería realizar, sino al contrario de querer fotografiar lo monumental quise fotografiar mi vida cotidiana, lo más banal. Girar la cámara en lugar de hacia el monumento, hacia el lugar donde estaba parado. Así fueron surgiendo series. En este sentido, la primer serie que me da la posibilidad estética es la de mis pies parados en diversos lugares. Estas fotografías de pies, no llevan pie de foto (ríe). Estas imágenes se descontextualizan totalmente, y se vuelven banales, ya que cualquier persona podría tomar esas fotografías si agarra su cámara. Fue una intensión de boicot estético, de kamikaze, de gastarme lo poquito que tenía de presupuesto en fotos banales. ¿Porqué?  Porque en aquel momento la fotografía de negativo estaba llegando a su punto de obsolescencia (2003), se estaba volviendo más cara revelarla, imprimirla, manipularla. Y entonces comprar un rollo era una lana que evidentemente no me sobraba estudiando allá. Por ello se hacían más importantes las fotos banales. Era una paradoja. La fotografía banal debía ser más contundente.

  • ¿Cómo todas las banalidades como zapatos, ropa, relojes, vehículos costosos?

Yo ahí difiero totalmente (corrige a su interlocutor). Tal vez porque mi tema de trabajo ha sido la moda. La moda no es nada banal. Pongamos otro ejemplo para hablar de banalidad. En la moda convergen mucho dinero, mucho conocimiento, mucha tecnología, muchas estructuras de poder, mucha explotación. No es nada banal la moda. Es banal la gente que cree que la moda al ponerse cualquier prenda su imagen o su estatus va a cambiar. La moda es todo el estilo de vida que tienes que, por lo menos, aparentar. Justamente a eso fui a París, a estudiar la especialidad en moda y curiosamente estando en la capital de la moda, lo que empiezo a fotografiar son cosas sin estética, sin diseño”.

Valerio Gámez exhibe la cámara análoga con la que realizó el ensayo. Foto: Demian Chávez.

El ensayo “Fotos más fotos” Valerio Gámez está estructurado en el estilo de la disciplina de la streetphotography (foto callejera). Explica que “durante ese año, cargué la cámara todo el tiempo porque iba a fotografiar lo que se me atravesara,  un lugar no planeado. Acababa de hacer proyectos muy producidos y en París encontrándome solo, era un ejercicio de sobrevivencia. -Yo tengo que seguir produciendo, porque no puedo cambiar mi dinámica al no tener al equipo que en ciudad de México lograba convocar, ahorita solo soy yo y la cámara”.

El autor indica que energéticamente le consumió mucho, “sobre todo antes cuando era más próximo el tiempo en que las tomé, revisar los rollos donde podía haber imágenes de lo que había comido, del lugar donde había estado, de la cama donde había tenido sexo, de los baños del museo que había visitado por primera vez, de los puentes del río Sena, todo estaba mezclado. Las series las fui armando conforme fui haciendo revisiones”.

Uno de los ejercicios que realizó el autor fue colocarse en un espacio público y realizar las fotografías en menos de un minuto en donde la cámara se movía casi milimétricamente. “Tirando literalmente un rollo en menos de un minuto, es cuando dices quiero capturar esta sensación de algo banal, repetitivo”.

Estas series que iniciaron en París y Marsella, también se repitieron en Buenos Aires, Montevideo y Querétaro con la misma técnica. Siendo el resultado un ensayo de más de 10,000 imágenes impresas. Mismas que revisaba continuamente he iba acomodando en montoncitos, cada uno de estos era clasificado con un papel con el nombre escrito para identificar de qué se trataba.

Valerio antes de las redes sociales.

Cuándo se construyó esta serie en 2003 al 2005 aún no existían las cámaras digitales tan accesibles o los teléfonos celulares que presentaban dispositivos de captura de imagen con alta calidad.

“Nadie tenía un teléfono con cámara en este momento, y lo podemos constatar en series como la que tengo de turistas tomándole fotos a la torre Eiffel. Todos traen cámaras ninguno trae un celular, porque todavía no existían los celulares con cámara y las redes sociales mucho menos”.

Al paso del tiempo las fotografías adquieren un valor documental y anecdótico. También se convierten en un aspecto referencial para el que observa las fotografías. Gámez también se ha llevado gratas sorpresas porque ha acudido en diferentes ocasiones al entrepiso donde se exhibe su obra. Observa que los visitantes primero se detienen a ver las composiciones, luego a revisar una por una de las fotos en determinados temas. “Eso para mí es significativo, porque es difícil lograr esta conexión, porque quiere decir que el espectador está teniendo una lectura más profunda. Cuando una pieza no te interesade un vistazo la recorres y ni siquiera te acercas. Creo que también en esta espontaneidad y poca pretención de la foto en esta exhibición hay una identificación con el espectador. Por que al no ser la foto espectacular, la foto artística que tenemos aprendida o de los cánones que nos indican, las personas observan que son fotos que ya las han tomado.

El artista encuentra que hay una conexión de estas fotografías de hace años a la actualidad en esa banalidad. “Por ejemplo, las series de platos de comida que tomé hace 18 años, son fotos que la gente sube hoy en día de manera cotidiana a su Instagram. Me estimula mucho saber que el lenguaje no envejeció, sino al revés, se revitalizó con el contacto de espectadores jóvenes”.

Valerio y la censura.

Para el ensayo “Fotos muchas fotos” el autor dejó de lado los temas políticos, religiosos y sexuales por que el ejercicio de la exhibición era en otra dirección.

En los recientes años el no haber expuesto en la ciudad de Querétaro también tuvo que ver con la censura hacia su trabajo. La última exposición que presentó tocaba la religión y sexualidad fue clausurada (Crux : Crux). Valerio explica que hubo una controversia mediática en donde se metieron a opinar actores de la vida pública qué le sorprendió totalmente. La pieza Cama Litúrgica (2010) fue una pieza que movió las entrañas de la critica debido a su contenido sexual, pero una clara referencia al abuso sexual de los religiosos sobre los menores de edad.

“Me sirvió para darme cuenta que ese tipo de show no es el que me gusta, en donde hayan opinado el obispo de Querétaro, el secretario de gobierno, el gobernador en turno (2009-15) y que finalmente se haya cerrado mi exposición, fue un momento duro y difícil. Pero me quedó claro que voy a seguir buscando en los espacios propicios. Tengo otras propuestas para espacios en los que se entiendan otro tipo de contenidos. Prefiero el marco de una institución más profunda y más seria”.

Para el autor, volver a la galería es también un momento armonioso, ya que de niño creció con obra de artistas que admiraba en la Galería Libertad. Durante el montaje de la exposición,  Valerio se dió cuenta que esos muros estaban impregnados de las energías de muchos artistas y piezas de arte, de compañeros y colegas. Por lo tanto fue doblemente simbólico exhibir en temporada de pandemia.

About Demian Chavez

Demian Chávez. (Piscis. 1975) Catedrático, Fotoperiodista y (ex)Tablajero. Estudió Artes Visuales y Docencia del Arte. Ha sido corresponsal fotógrafo para agencias nacionales e internacionales. Profesor de la Facultad de Artes de la UAQ; y conferencista en diversos foros en el país y el extranjero. Su obra artística y documental se ha exhibido en Cuba, España, Chile, República Dominicana y Francia. También Sketcher en ciernes. Hasta hoy es director, editor, aguador y becario de Artes y Destinos. No entiende de fútbol pero si sabe cambiar un foco y una llanta de auto. Vea su trabajo en www.demianchavez.com