Querétaro y sus bastiones: Galería Sangremal

Fotos: Galería Sangremal.

Por Fausto Gracia

Como es bien sabido por todxs, la situación actual en el mundo es compleja, no solo por una pandemia o como lo expresaría mejor Nestor Canclini (2020), por una Dictadura Sanitaria, que nos tiene aún en un estado de incerteza y con una mirada hacia el futuro que no tiene horizonte, (dicho sea de paso me recordó la frase de Eduardo Galeano de la Utopía está en el Horizonte), sino por una serie de cambios en los paradigmas que daban respuesta, y ojo, no fuera de un sistema hegemónico, a nuestras existencias y que ahora no se sostienen más, lo vemos claramente con las coyunturas sobre las luchas feministas y marikas, los movimientos medioambientales y decoloniales, así como las resistencias en países latinoamericanos ante las dictaduras blandas y otras formas de control que se basan en el dataísmo y el panóptico digital (Han, 2000), es decir, nos encontramos en un momento de la historia en el que la manipulación sobre los cuerpos y las subjetividades ha llegado a un nivel en donde las responsabilidades se diluyen y recaen totalmente en el sujeto, un sujeto que claramente se enfrenta a la ausencia de un estado de derecho, con una necropolítica que categoriza y sitúa en una escala de valores a sus ciudadanos, ejerciendo un poder sobre la vida y la muerte de todos los seres vivos, es importante aclarar que esta situación no surgió durante la pandemia que experimentamos en este momento, simplemente se agudizó. Es por ello que la memoria histórica y nuestros antecedentes son importantes también para entender lo que sucede hoy en día, y sino por lo menos para saber cuáles han sido los ciclos a los que como humanidad nos vamos enfrentando.

Para intentar contextualizar un poco e irlos guiando hasta el punto al quiero llegar me gustaría mencionar algunos cambios importantes que hubo en las primeras décadas del siglo XX y que impactaron en las realidades a nivel global. En particular, me gustaría de manera breve escribir sobre el cambio de percepción en las prácticas artísticas y el cambio de paradigma sobre la figura del artista, del espacio destinado al arte y claro del objeto mismo. Enmarcados en un pujante desarrollo industrial iniciado en el siglo XVIII en Europa, con avances tecnológicos importantes para la época, estamos hablando de los primeros años del siglo XX, como el cine, la radio, el avión y el automóvil, así como la primera y segunda guerra mundial, la guerra fría y los posteriores años de posguerra surgieron movimientos que fueron muy importantes para que se diera este cambio de percepción sobre el “ARTE” en mayúsculas y que a su vez influyeron en otros procesos creativos que se gestaron a partir de los años sesenta y setenta del mismo siglo. Un ejemplo  de ello fueron los Futuristas encabezados por Filipo Marinetti y su manifiesto en 1909, con una clara crítica a la jerarquía tradicional del arte, la moral y la gloria del pasado, el arte por el arte y la noción de genialidad del artista, los primeros futuristas exaltaba la guerra y la violencia, querían construir el futuro y no una copia de él, es decir, se generó un quiebre en la representación de la realidad vista desde la mirada de los artistas, este movimiento influenció posteriormente a otros como los Dadaístas y a su vez a otros como el Performance Art que replantearon la posición del artista y del espacio destinado para ello, colocando su propio cuerpo como obra y saliendo a la calle. No podemos dejar de mencionar a Marcel Duchamp y el ready made, así como el cuestionamiento sobre la pieza unica y la originalidad, la industrialización en la producción, el mercado del arte y todo lo que llevó a la pérdida del “Aura” de la que Theodor Adorno describe  desde la nostalgia y Walter Benjamin como una posibilidad.

 

 

Pareciera que hay una serie de coincidencias cíclicas entre los inicios del siglo XX y XXI sobre cambios o quiebres en las lecturas de la realidad y su representación, los avances tecnológicos, las guerras cada vez más sofisticadas y la capitalización de todo lo posible, palpable, digital o virtual, como dirían los economistas, el ganar ganar, aunque sea a costa de cualquier precio. Pero, ¿qué representa para nosotrxs desde una realidad local, mexicana, en un estado como Querétaro, viviendo y trabajando desde las prácticas artísticas en un momento como éste?, conscientes del demeritado valor que desde la cultura se le otorga al arte y sus distintas prácticas, relegado al ocio y al entretenimiento de manera acrítica.

Al respecto, cuando comenzó la pandemia del Covid19, a nivel federal y a su vez de manera estatal, se colocó un semáforo que daba la pauta para el cierre o apertura de ciertos espacios y actividades que se consideraban esenciales, sobre todo en temas económicos, una de las actividades que fueron consideradas no esenciales y a su vez una de las últimas en reabrir durante el control sanitario fueron precisamente los espacios destinados al arte, exposiciones, presentaciones de danza, música, teatro y performance fueron canceladas, se acabó el trabajo para los artistas, y no sólo para ellos también para los gestores culturales, administrativos, técnicos y todos los que acompañan estos procesos, eso es importante remarcar, artistas sin seguridad social, sin sueldos fijos, sin ningún tipo de prestaciones. Si bien podemos hablar de institucionalización, de estímulos y becas para la creación, etc., estas son realidades a las que no todxs pueden acceder, no son suficientes, quizá un año y otro quién sabe, quizá nunca o sólo una vez en la vida.

La posición de lxs artistas siempre es vulnerable y precaria y no hablo de los artistas que son contratados por grandes espacios, no hablo de los grandes nombres, hablo del artista de a pie, al que le regatean el presupuesto o le piden trabajos sin paga, y no es que durante este periodo hayan dejado de trabajar, lxs artistas son una de las comunidades más resilientes y lo digo desde el quiebre que representa la resistencia, por ello creo que es un tema en el cual como comunidad artística necesitamos abordar y dialogar desde lo local en vista del cambio de administración que viene en próximos meses y que representa una política pública de arte y cultura en el estado y del que no podemos ser ajenos. No podemos ser considerados no esenciales cuando investigaciones actuales demuestran la importancia de actividades artísticas para la salud emocional de las personas durante estos meses de pandemia. Se tiene que reconocer nuestra labor con políticas que permeen en nuestra estabilidad financiera hoy y para la vejez.

Es entonces en este marco contextual, con los antecedentes sobre los quiebres de representación que se han vivido y que vivimos ahora con respecto a una serie de temas relevantes, que es importante también recuperar y nombrar los esfuerzos que se hacen por abrir espacios que fomentan y posibilitan la visibilización de los artistas locales y nacionales. Desde el año pasado entre los meses de noviembre y diciembre de 2020, en plena pandemia se abrió un espacio independiente de arte que se llama Galería Sangremal,  el nombre responde a que el espacio está ubicado sobre el cerro de sangremal que dio origen al mito fundacional de la ciudad, pero también por la raíz otomí de la palabra que significa “punto de reunión”, una de la premisas de este espacio que se encuentra en la calle de 5 de Mayo 123 en el Barrio de la Cruz del centro histórico de la ciudad, su primer exhibición fue una colectiva de los artistas Tere Tovar (Querétaro), Refugio Corral (Sinaloa) y Herrera Gallegos (Oaxaca), una exposición de acuarelas y esculturas titulada Legados por Generaciones Pasadas.

Este espacio está dirigido por la artista Tere Tovar y su hija la gestora cultural Itzel Tovar, ambas con una idea clara sobre la visibilidad del arte mexicano desde sus distintas expresiones, con la intención de reconocer nuestras raíces y tener una mirada amplia sobre nuestra diversidad cultural, para sentirnos orgullosos de ello. En el caso de Tere Tovar, ella es una pintora y acuarelista comprometida con su quehacer artístico, desde niña entendió que esa era su pasión y sabe desde la experiencia propia el esfuerzo que representa ser una mujer artista, su taller se encuentra ubicado también en el espacio de la galería y puede ser visitado al igual que la exhibición en turno; por su parte Itzel Tovar, chef de profesión ha participado como voluntaria en eventos y actividades locales en distintos festivales, museos e instituciones de la ciudad como parte de la organización, siempre con el afán de aprender y descubrir formas distintas de trabajar, ha tomado talleres y cursos sobre proyectos en el ámbito cultural, mercado del arte y museografía actual en lugares como el Laboratorio Arte Alameda, CEART – FONCA, entre otros, fue parte de la gestión y producción del evento I´m Speak African, exposición de fotografía y performance realizada en 2019 en colaboración con Project Moun, artistas y diseñadores locales así como con la Universidad Autónoma de Querétaro, un evento que buscó reconocer y resaltar la importancia de las culturas originarias, indígenas y negras, así como la similitud entre geografías como México y África en la contemporaneidad.

 

 

Ambas, tanto Itzel como Tere son parte de la organización de la asociación de acuarelistas que se está formando en la ciudad junto con otros artistas locales. La exposición que se encuentra vigente en este momento para su visita es “Fluir” una muestra de pintura de la artista queretana Marcela Herbert y que estará vigente hasta el 15 de agosto del presente año. Los horarios de visita son de martes a viernes de 15:00 a 20:00 hs o pueden agendar su cita a través de sus redes sociales @sangremalgaleria en Instagram y @sangremalqro en Facebook. Si bien este espacio es joven y en proceso de fortalecimiento, representa un bastión cultural dentro de nuestra ciudad, es un lugar abierto a propuestas de distintas manifestaciones artísticas con la intención de apoyar a los creadores locales, generar encuentros y construir comunidad. Es importante mencionar que este espacio da muestra cabal de la apertura a todo tipo de identidades y expresiones de género, no creo que esté de más comentarlo, es un espacio seguro para identidades no naturalizadas. En ese sentido me parece importante entonces reconocer el trabajo y esfuerzo de estas dos mujeres, como parte de la construcción de públicos y espacios críticos para el arte y la cultura en Querétaro.  Siempre serán bienvenidos espacios con estas características y me da gusto saber que no es el único proyecto que de igual forma se compromete con su comunidad y posibilita lugares abiertos a todas las personas y manifestaciones culturales. Para finalizar y retomando el recuerdo sobre la frase de Eduardo Galeano de La utopía está en el horizonte, me gustaría compartirlo con ustedes para inspirarnos y descubrir por qué vale la experiencia seguir pensando en la utopía.

 “la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

Eduardo Galeano

About Fausto Gracia

Fausto Gracia, nacidx en la ciudad de Querétaro, México. Artistx Visual y Performxr. Ha presentado su trabajo en festivales, museos y espacios públicos de México, América Latina y Europa. Ha realizado residencias artísticas en Chile, Argentina, Brasil, España, Irlanda, Alemania y Francia. Ha recibido varios premios para producción y residencias artísticas. Su trabajo se ha desarrollado también en áreas como la gestión cultural, la docencia, la curaduría y la investigación.