Por Demian Chávez.
Querétaro, Qro. 23 de noviembre de 2021.- El pintor Dante Carro tiene la claridad que el mercado del arte es tan amplio que se puede vivir más que dignamente. El gran problema es saber llegar a este mercado y colocar la obra en el gusto de los coleccionistas. Para ello el autor diseñó el taller el Arte Como Negocio; que nació como necesidad de venta ante el embate de la pandemia y a partir de esta experiencia compartirla con sus colegas.
En una amable sentada de café con una espectacular vista de la Plaza Fundadores, Carro conversó con Artes y Destinos para desmenuzar las telarañas del intrincado mundo del mercado el arte. Comparte de entrada que el taller nace como iniciativa hace dos años cuando el autor da cuenta que la comunidad artística que no ha sabido entrar a la parte del negocio. El autor intenta cambiar el pensamiento y el paradigma de que quienes ejercen las artes morirán de hambre. A través de una visión empresarial el autor ha cambiado su mirada en una actitud positiva para entrar al mercado del arte y no quedar en el intento.
Dante reflexiona “¿por qué te dicen que te vas a morir de hambre si existe el mercado del arte?, existen galerías internacionales subastas. Hay obras que se venden en cientos de miles de dólares. Entonces me cuestiono ¿porqué te vas a morir de hambre?
En el taller examina “cómo se mueve el mercado del arte, independientemente de cómo pintes (sino analizar el trabajo) como un proyecto de negocios. Experimentando, fallando y acertando. El proyecto nace cuando durante la pandemia mis amigos artistas plásticos se cuestionaron ¿qué vamos a hacer Dios mío? ¿A donde vamos a exponer? Me di cuenta que no tienen idea de cómo llegar al mercado del arte. Mi primer cuadro lo vendí en 2016 y de la fecha hasta acá no hay mes que no venda un cuadro. Lo que me empujó la pandemia es abrir mi página web. Como antecedente, yo vendía a mis clientes y coleccionistas a través de WhatsApp, en donde les avisaba que iba a poner mi obra al 25% de descuento. Ellos me decían -mándame fotos-. Entonces tuve que diseñar un catálogo en PDF que pesa 250 megas y eso fue incómodo”.
Una vez hecha la inversión en la página web diseñada por especialistas queretanos Dante Carro se dio cuenta que con la venta de una obra a través de su sitio en línea había ya recuperado esta inversión. Con base es esta experiencia el pintor decidió compartir el conocimiento en la web a manera de tutoría en línea. Indica que organizó exposiciones virtuales dentro de mi recién página abierta con sus virtuales alumnos. “Vendimos obras de diferentes artistas teniendo públicos de China, Japón, España, Italia. Llegamos a varias partes del mundo con esas exposiciones virtuales”.
El autor del taller busca crear conciencia en el artista de que no tiene porque regalar su obra, de qué hubo una inversión en materiales y tener la entereza de pararse frente al cliente y decirle -mi obra tiene un valor-. Para Carro lo más complicado es que los artistas, se den cuenta de que necesitan dinero. En el taller se analiza el cuánto necesita ganar, frente a cuanto se quiere ganar. “Los artistas no han visualizado que la libertad económica les posibilita la libertad conceptual. Yo lo veo como un negocio, en el taller les enseño cuáles son los gastos fijos mensuales o cuánto necesitas para vivir. Con base en cuánto necesito se determina: cuánto arte tengo que generar y en cuanto lo tengo que vender”.
Añade que además no solamente es cuestión del precio de venta de la obra, también el como se lleva un inventario, la atención al cliente, cómo trabajar con un tercero como una galería, una subasta, un tianguis o un corredor corredor de arte.
Para vender tu arte también hay que tener seguridad
Dante Carro arremete sin tapujos contra quienes no valoran su propio trabajo y expresa que “uno de los grandes errores también es regalar la obra pensando en que con esta acción se ganará más. Debe de haber una un respeto del artista por su obra, pero no lo sabe. Los artistas deberían de tener el conocimiento de cuánto valen. El problema no es que no vendan la obra, el problema es que no están llegando a los clientes correctos”.
Las redes y tecnología
En esta época de la globalización en donde la mayoría de los artistas tienen dispositivos móviles conectados a Internet Dante Carro observa que el teléfono móvil es la gran herramienta. En este mundo es muy fácil salir al mundo a través de las redes, directamente desde nuestro bolsillo con un teléfono celular, pero también es muy complicado porque la competencia es mucho más amplia. Les digo a mis alumnos -este es nuestro peor enemigo y nuestro mejor aliado-.
¿Quiénes son los mejores compradores las corporaciones o los inversores independientes o las galerías?
-Los inversores independientes. Por que el coleccionista no invierte en una obra porque está muy bonita sino que le apuesta a que vas a valer más. Volvamos a la marca, que tanto el artista trabaja por ser mejor. Por encontrarse en un mejor mercado-.
El deseo de pertenencia de la obra de arte
El autor también repara en la validéz de la reproducción de la obra. Y explica que “tal vez yo vendí una obra que en su momento estuvo en muy buen precio pero más gente la quiere entonces yo hago una reproducción de esa obra en una impresión fina, sellada y firmada. El cliente desea esa obra pero o no le alcanza o no está la venta. Sin embargo, puede obtener una reproducción certificada a menor costo. Eso significa un ingreso para el artista. Y mientras más personas adquieren esa copia la posesión del original tiene otro valor. Eso es mercado del arte: El deseo ante la posesión.
Impuestos y derechos de autor
El darse de alta ante el Sistema de Administración Tributaria (SAT), registrar su obra, conocer los derechos de la Ley Federal son lagunas que tienen los autores ¿cómo pueden corregirlos? ¿Es responsabilidad de la academia del autor o del estado?
No es parte del estado, ni de la academia sino de responsabilidad del artista. Como artista, aprovecho estas lagunas para hacerme de beneficios porque el arte no paga impuestos y eso no lo saben los autores, lo desconocen. El SAT toca tu puerta para cobrarte los impuestos y le puedes pagar con obra. Es una laguna fiscal que hay que saber aprovechar. Si no la aprovechas es por ignorancia y la academia no te lo tiene que enseñar, porque muchos académicos tampoco lo conocen.
El presupuesto público
Antes del último sorbo de café, Dante Carro remata la conversación compartiendo que “los artistas se quejan constantemente de qué no hay suficientes apoyos por parte del Estado. Como si el autor dependiera del presupuesto público. El Estado no tiene absolutamente nada que ver. Porque el presupuesto del Estado está suficientemente bien planteado para apoyar al artista que quería crecer. ¿Qué es lo que pasa? que muchas veces al artista le da hueva llenar requisitos y no tiene la humildad algunas veces, de sentarse a llenar una forma y realizar una propuesta”.
El artista es también es el responsable del taller de arte libre este concepto enseña a las personas a pintar como quiera pintar, lo que quiera pintar, con lo que quiera pintar y esta propuesta está próxima a cumplir tres años, actualmente se está brindando en el Centro de Arte Emergente (CAE).
