Aquí no solo hacemos fotografía, aquí contamos su historia y formamos parte de ellos: Samir Aponte.
Por Demian Chávez.
Querétaro, Qro. 21 de junio de 2021.- Cada vez que el fotoperiodista Samir Aponte y sus colegas visitaban para reportear la comunidad de Barcelona Estado Anzoátegui se veían rodeados de curiosos niños que les revoloteaban como colibríes en torno a los bebederos. El fotoperiodista encontró en estos niños el campo nuevo para sembrar la semilla del cambio social a través de la fotógrafia como herramienta pedagógica para inyectarles además, valores que les puedan funcionar a posteriori.
De esta manera Samir crea la iniciativa “Niños reporteros, cambiando rutinas”. El proyecto que está en vía de consolidación nace apenas hace un par de años con ocho niños de la comunidad aprendiendo a haer fotografía. En reconocimiento al programa se han sumado fundaciones y particulares para tratar de equilibrar la balanza de la desigualdad.
El proyecto tuvo su origen cerca de 2015, en un primer ensayo titulado “Los Sin Techo”. No se quedó en la fotografía de denuncia si no fue más allá, para conocer de viva voz la situación por la que pasaban las personas en situación de calle, no iba atrás la imagen sino se sentaba a conversar con ellos. “Yo no pensaba en ir a robarles una fotografía”, expresa el autor, “ya obtuve la fotografía y después me sentaba para conocerlos, a cuestionarles porque estaban en las calles, desde que edad estaban”. De esta manera también empezó a contar sus historias. Esto sirvió para qué el público de los medios de comunicación se sensibilizara e incluso en muchos en las ocasiones llegara a contactar al autor para regalar ropa a las personas en situación de calle.
Aponte comparte que era una constante encontrarse niños en las calles, otros hurgando en la basura o pidiendo dinero. Ante la situación difícil por la que atraviesa su país en ese momento se cuestionó ¿qué puedo aportar como ciudadano? Al darse cuenta del interés de los niños por la foto comenta “dije: wow! Pero si a ellos les gusta esto ¿porque yo no les enseño a hacer fotografía? y les cambio la rutina de salir a hurgar en la basura o pedir dinero. Empecé a trabajar con ellos, mostrándole las cámaras, enseñándoles cómo se encuadraba, cuál es el lenguaje fotográfico”.
Los niños están inscritos a la escuela pública pero no acuden por su condición de pobreza tampoco tienen zapatos y si llegan a ir a la escuela se van sin comer. Ante esta problemática se ha sumado una fundación que otorga clases a los menores. Esta maestra los está iniciando a la alfabetización par nivelarlos para su ingreso la escuela porque son niños de diferentes edades que deben estar en distintos grados escolares.
Agenda antes y después de pandemia.
Aponte se ha dedicado a acudir a partir de las 4 pm a la comunidad sin fallar un día. Después de trabajar en sus agendas periodísticas volvía a casa con la gran satisfacción de saber que estaba generando algo. Al entrar en temporada de pandemia le fue más claro que los niños necesitaban apoyo. “No podemos abandonar a los niños porque estamos en pandemia” confiere. “Los niños están interesados, veo talento. Jonás por ejemplo, tiene una creatividad brutal. Ellos me inspiran, me dan ideas, eso quiere decir que sí están interesados”. Sin embargo el Covid 19 alcanzó al líder del proyecto y Aponte tuvo que pasar tragos amargos durante la convalecencia por la infección del SarsCov2. A su regreso, ya recuperado el cardumen de niños le recibieron como si nunca se hubiera ausentado.
Además de hacer fotografías, dice Aponte, “queremos promover los valores. Empezamos con un objetivo que es la fotografía, pero después dije -Esto tiene que ir más allá, no nos podemos quedar solamente con la fotografía. Tenemos que cambiarle la rutina en todos los sentidos. Que ellos aprendan valores, que aprendan que existe la amistad. Que existe el compromiso, les he inculcado que si ellos que para que puedan obtener las cosas se las tiene que ganar, ¿y como se lo tienen que ganar? Trabajando ¿y cual es el trabajo que ellos tienen? Hacer fotografía”.
A través del voluntariado buscaron cambiarles la rutina de los menores y le llevaron de compras a un centro comercial. Los voluntarios decidieron comprarle sus cholitas (sandalias) para que no estuvieran descalzos y los invitaron a disfrutar un helado. Como parte de su educación visual han visitado el Fortín de la Magdalena, lo más acercado a un museo, ya que debido a que museos y galerías no existen.
El proyecto ha posibilitado hacer intervenciones de la sociedad como por ejemplo consultas dentales con la dentista Renee Alejandra Marín o la comunicologa Alejandra Lanza, locutora que ha vivido la experiencia de convivir con la comunidad de niños creativos.
Así Samir y los niños ahora saben que no se encuentran solos, que pueden acceder a otra vida diferente y que la foto solo es el pretexto. En palabras de Aponte “Aquí no solo hacemos fotografía, aquí contamos su historia y formamos parte de ellos”.
Para conocer el proyecto vaya usted a:
https://www.instagram.com/cambiandorutinas/ y conozca al autor en https://www.instagram.com/samiraponteve/
