- Memorias de los afectos. Reseña de una utopía focalizada. TERRITORI Festival Internacional de Performance Art.
Por Fausto Gracia
Traducción al inglés: Diana Soria Hernández. English Below
“Encontrar las palabras oportunas en el momento oportuno es una acción”
Jacques Rancière
Considero que una de las herramientas más potentes a la hora de expresar o comunicar ciertas experiencias es la escritura, claro que no es la única, bien se comenta que una imagen dice más que cien palabras, pero en lo particular siento que escribir permite otra forma de escucharse y posicionarse, leerse en voz alta una y otra vez se convierte en una acción de comprensión y entendimiento de unx mismx, para que quizá en algún momento sean otres los que puedan leerte y escuchar esos pensamientos. Me viene a la mente la palabra “decantar” en el sentido activo y performativo y que implica un proceso de vaciamiento, de separación, de reconocimiento del yo en relación con la otredad, incluso de transformación temporal ante las experiencias vividas. Como bien lo señala la cita de Rancière al inicio del texto, “encontrar las palabras oportunas en el momento oportuno es una acción”… que tiene un peso importante y que por supuesto implica una responsabilidad sobre la misma. En ese sentido y a manera de percepción personal, de experiencia vivida y afectación del tránsito corporal, me gustaría reseñar brevemente mi experiencia por el Festival Internacional de Performance Art TERRITORI, realizado en la ciudad de Ibiza, España, del 13 al 26 de septiembre con la curaduría de Isa Sanz y el equipo de trabajo y producción: Amel Labdouni y Barthu Juan, y otras personas que sumaron su esfuerzo a este proyecto desde la documentación y otras gestiones. Aunque pareciera un evento que puede desde una mirada externa quedarse en el simple encuentro de personas dedicadas a la práctica artística, existe un subtexto, una contexto global y particular que se conectan, un leer entre líneas que sin duda nos da mucho material para analizar, para reflexionar, para reivindicar algunas nociones que hoy en día resultan inspiradoras ante las realidades que transitamos, entre ellas y aunque suene reiterativx una y mil veces señalaría la noción de resistencia, la política de los afectos y el acompañamiento y la construcción del espacio común más allá de las agendas institucionalizadas.
Una de las situaciones que es imposible obviar es el marco pandémico – post-pandémico – hiper pandémico global y de biocontrol en el que nos encontramos, lo cual ha implicado para todes les artistes participantes del festival y para la organización misma, una serie de estrategias y mecanismos para sobrellevar la situación, ha implicado incluso un trabajo mucho más intenso en relación a la preparación y logística del mismo. En mi caso particular, la solicitud de permisos especiales, cartas, contratos, pruebas pcr, antígenos, vacunas, etc., fue un desgaste que estuvo presente hasta pocos días antes del inicio del festival, (me recordaba tiempos en que viajar solo implicaba un tema de gestión de recursos, de pasajes de avión, y que ahora pasa a segundo plano, sumando otra formalidad – otro control más), generando así la expectativa de si iba a poder viajar o no. Esto claro fue con el acompañamiento y persistencia de la curadora del festival Isa Sanz y del Instituto Cultural de México en España quienes de igual forma estuvieron pendientes de todo el proceso, y el cual al final se quedó en un mero trámite burocrático ya que al pasar las fronteras no hubo mayor solicitud de nada, aun cuando traía conmigo documentos hasta para regalar. De hecho quería que me los pidieran todos y cada uno y que valiera la pena el esfuerzo y el estrés que nos hicieron pasar. Y creo que estas historias se repiten de distintas formas y en distintos contextos, también habría que decir como las políticas migratorias y ahora de sanidad van a responder de manera distinta en cada geopolítica, sin duda el pasaporte y el lugar de donde vengas va a determinar los controles biopolíticos y de salud, no podemos negar este privilegio transversalizado.
Para dar continuidad a esta reseña, sería de igual forma importante mencionar que escuchar la palabra Ibiza, como un territorio – destino – de arte acción nos descontextualiza porque en el imaginario colectivo mundial es una de la ciudades más relacionadas al turismo, a la fiesta, a los excesos, a la posibilidad de hacer y ser cualquier cosa, es la isla de la libertad, de las posibilidades hechas realidad. Lo cual aclaro no niega la pertinencia del festival en el espacio, es decir, y para dar contexto a esta premisa, es cierto que es la isla de la libertad, pero para quienes la puedan pagar, para quienes tengan acceso a fiestas privadas, a hoteles de lujo, a yates por 12,000 euros al día por decir poco. Es una ciudad a la que el turismo y la gentrificación ha generado una situación de vivienda y de condiciones laborales cada vez más difíciles para la población local, sin mencionar la falta de agua que se vive en la isla. Y esto no es algo que nos sea extraño porque pasa en muchas ciudades del mundo, incluso y reconociendo que el ámbito del arte contemporáneo también contribuye a estos procesos de gentrificación, dependera es claro de la propuesta, de la inmersión y relación con el territorio, de la forma en que se habita y se vive, de la posibilidad de intercambio y fortalecimiento de las prácticas creativas y el encuentro con otras visiones y procesos que lxs artistas externos-internos permitán y dispongan. Creo que estos puntos han sido reflexionados de manera recurrente por lxs artistas de arte acción a lo largo del tiempo y en particular por aquellos que buscan un acercamiento con otras realidades y que intentan fortalecer sus prácticas desde el deseo de compartir y de acompañar. Es por ello que la relación con lxs artistas del lugar es fundamental porque son un puente de comunicación, es una posibilidad de meter los pies en el agua y sentir la temperatura del ambiente. No puedo dejar de mencionar que estas reflexiones surgieron en gran medida por el encuentro con la artista Jèssica Ferrer, quien nos dio una mirada mucho más amplia y contextual con respecto al territorio de Ibiza y sus variadas y distintas existencias. La propuesta performática de Jèssica dentro del festival giraba en torno a la visibilidad de la población local, pegando a manera de afiche en la zona del puerto y en el embarcadero de los grandes yates la expresión (Som Aqui– en catalan – que sería Estoy aquí, Soy aquí en español) en relación al trabajo campesino, y de las situaciones tan desproporcionadamente distintas entre los turista y los habitantes de la isla.
Esta es solo una breve perspectiva del contexto en Ibiza, sin afán de ser reduccionista, pero sí con la conciencia de una mirada externa, con una visión corta y temporal sobre una multiplicidad de realidades a las cuales solo y de reojo pudimos acceder en ciertos momentos, pero que nos dan un marco sobre el cual se genera un festival de arte acción. Un encuentro internacional de performance art que congregó a artistas de distintas latitudes de américa latina y europa y lxs cuales fueron junto con lxs organizadores el/la/les cuerpxs que transitaron y construyeron el TERRITORI y que generaron una potencia poética desde el acompañamiento y el afecto.
Sin pretensión de romatizar, porque sin duda esto nos delimita las posibilidades de ser críticos, de reflexionar y seguir desnaturalizando estas formas que nos interpelan desde nuestras visiones particulares de resistencia, considero que uno de los grandes aciertos del festival fue precisamente la curaduría de artistas que participaron, con trabajos y formas variadas de expresión, con energías en distintos niveles, con urgencias y emergencias propias de cada subjetividad, con necesidades espaciales y corporales imperativas, con lenguas y lenguajes distintos, con expertises y visiones únicas, con discursos personales que están lejos de cumplir cuotas o coyunturas sociales, todxs fueron cuerpxs en tránsito de sus propias necesidades. Pero estas necesidades no se quedaron en un simple yo, se fueron entremezclando y generando una sinergia de acompañamiento, quizá mucha gente no lo perciba pero la comunidad de performance en distintos espacios, tiene una energía que cobija y cuida a les otres, se vuelven una especie de masa colectiva que se retroalimenta, se apapacha cuando es necesario, escuchando, hablando, encontrando eso que nos construye en colectividad, que nos refleja y eso que también nos aleja. Es una forma distinta de pensar incluso la palabra familia, esto no quiere decir que no haya roses, desacuerdos y discusiones, estos son temas que tampoco podemos obviar ante la emoción y el cariño, pero estos momentos también son los que construyen el espacio común y permiten esta posibilidad de resistir y ser resilientes. En primera persona me gustaría mencionar que encontre energías cariñosas, amorosas, alegres y locas, reservadas, extrovertidas, encuentros con química y sin química, energías que alimentaron mi memoria de experiencias pasadas, encontré hermanes, reencontré afectos y cariños que se consolidaron, encontré nuevos compañeres, y esto sin duda vale mucho expresarlo y dejarlo escrito.
Recuerdo pláticas profundas y otras no tanto, algunas masticadas en nuestros distintos niveles de inglés o incluso en nuestras variaciones de español, recuerdo las coincidencias y match con compañeras que nunca había visto, recuerdo añadirnos para asistir a otrxs artistas comprando cosas o encomendando otras. Recuerdo salidas para conocer los espacios de las acciones que terminaron en chapuzones desnudxs en aguas mediterráneas, recuerdo el Bar Norte, un punto de encuentro con la ciudad y lo local, recuerdo las cenas de despedida, recuerdo el auto de Jèssica todo un clásico que nos sorprendió por sus buenas condiciones. Recuerdo el acercamiento que les artistas de la ciudad y que participaron del mismo tuvieron para con nosotres, recuerdo personas que nos acompañaron durante todas las acciones, dia tras dia siempre dando fuerza y haciendo registro, recuerdo los aretes que Nuria me regaló, la visita a la galería Micus un lugar maravilloso. Recuerdo el último día antes de ir para la acción del cierre del festival encontrar a una hermana trans* en una banca del centro de la ciudad con quien pude platicar brevemente y que había estado en mi acción Afeminadx un día antes en la plaza Vara del Rey, recuerdo a Zidrija quitado una espina de erizo de mi pie un dia antes de partir. Recuerdo especialmente un abrazo que me transportó y activo mis emociones como hace tiempo no lo experimentaba, recuerdo ir a caminar por la ciudad en la noche, siempre con este gusto por el anonimato, por la posibilidad de perderse y volver a encontrar…se…
Todo esto lo escribo porque poner el cuerpo no es un trabajo simple, se cree y se piensa en ciertos círculos que lxs artistas de arte acción hacemos cualquier cosa, en ocasiones y fue parte de los temas que se abordaron en las mesas de diálogo dentro del festival, se llama a lxs artistas de performance para animar inauguraciones, para dar la nota y llamar la atención de los medios, o incluso para cumplir cuotas, se piensa que ante la posibilidad de trabajar in situ nos podemos adaptar sin más a cualquier circunstancia y situación, quizá sí, dependerá de la experiencia, de la energía, de las emociones, del tiempo, pero algo que no hay que olvidar es que poner el cuerpx es poner todo lo que somos. No estamos desconectados de lo que sentimos o pensamos, no a la manera cartesiana, no estamos interpretando poner el cuerpx, poner el cuerpx implica no solo un desgaste físico y emocional, también implica dejarnos afectar por el espacio y por quienes lo habitan. Las sensibilidades jugan un papel importante y no hay que obviarlo, porque considero y lo recalco siempre que puedo, los artistas somos investigadores, nos adentramos en procesos de pesquisa de largo aliento y de forma comprometida, estos discursos nos atraviesan la existencia y buscamos expresarlos a través de distintas formas con nuestros propios recursos. Poner el cuerpx en el espacio público requiere energía, coraje, urgencia de posicionarse, rabia, y esto no visto solo desde el arte, sino desde la vida misma. Poner el cuerpo en el espacio público implica diálogo, desacuerdo, disputa, astucia, afecto, capacidad de reacción, cuidado de sí, cuidado de les otres, implica encarnarlo, vivirlo.
Me quedo pensando y sin duda con muchas preguntas y emociones movidas al respecto, aún con cansancio, y con marcas en el cuerpo, con afectos incorporados, con experiencias de nuevas realidades, con un jetlag que fue mi línea de conversación constante durante el festival y a mi regreso. Reconozco la importancia de la generación de festivales y encuentros de arte acción, de hacernos conscientes desde la práctica misma las implicaciones del cuerpx en el espacio, del cuerpx en relación y función de un otrx, del cuerpx que acompaña y protege pero también el que repele, siempre en la búsqueda de generar comunidad o quizá no, de buscar otras posibilidades de experiencias, otras realidades, sin prisas, sin intenciones de ser validadxs o quizá sí, siendo conscientes que no es lo mismo colocar el cuerpx y sus signos a colocar un objeto para animar un espacio de exposición.
En ese sentido y lo considero importante siempre, agradecer a quienes se animan a desgastar sus cuerpos pensando en que en ese desgaste nos descubrimos otras formas, otras corporalidades, otras grietas, otras maneras de reconstruir y de sanar. Gracias a la organización de Terriritori Festival, a todes les artistes que participaron y a todes quienes nos acompañaron con mucho cariño.
Texto escrito el 05 de octubre de 2021
Židrija y Kimvi
English version.
ACCIÓN Diana Soria Hernández
Memories of affections. Review of a focused utopia.
TERRITORI International Festival of Performance Art.
Text by: Fausto Gracia.
English translation: Diana Soria Hernández
“Finding the right words at the right time is an action”
Jacques Rancière
I consider that one of the most powerful tools when it comes to expressing or communicating certain experiences is writing, of course it is not the only one as it is well said that an image says more than a hundred words, but in particular I feel that writing allows another way of listening and positioning oneself, reading out loud over and over again becomes an action of understanding and comprehend oneself so that perhaps at some point it will be others who can read you and listen to those thoughts. The word “decant” comes to mind in an active and performative way, implying a process of emptying, separating and recognition of the self in relation to the other; even of temporary transformation after lived experiences. As Rancière’s introduction quote points out, “finding the right words at the right time is an action” … which has an important weight and implies responsibility. In this sense and in my personal perception as a body in transit with lived experience and affectation, I would like to briefly review my experience at the TERRITORI International Performance Art Festival held in the city of Ibiza, Spain from September 13 to 26, with the curatorship of Isa Sanz and the work and production team: Amel Labdouni and Barthu Juan, and other people who added their efforts to this project through documentation and other arrangements. Although it could seem like an event that from an external point of view can remain in the simple meeting of people dedicated to artistic practice, there is a subtext, a global and particular context that connects. Reading between the lines undoubtedly gives us a lot of material to analyse, reflect and vindicate some notions that today are inspiring in the face of the realities that we go through. And although it sounds reiterative a thousand times, I would point out the notion of resistance, the politics of affection, the accompaniment and the construction of a common space beyond institutionalised agendas.
One of the situations that cannot be ignored is the global pandemic – post-pandemic – hyper pandemic in the biocontrol framework in which we find ourselves; which has implied a series of strategies for all the participating artists of the festival and for the organisation itself. A series of mechanisms to deal with the situation which at times has implied a more intense work in relation to preparation and logistics. In my particular case the constant request for special permits, letters, contracts, PCR tests, antigens, vaccines, etc., wore me down until days before the beginning of the festival, (I keep remembering those times when traveling mainly involved resource management of plane tickets, and how that today stays in the background, adding to another formality – another control). This situation generated expectations on whether or not I was going to be able to travel, always with the accompaniment and persistence of the curator of the festival Isa Sanz and of the Cultural Institute of Mexico in Spain, who were likewise looking after me through the entire process. In the end it was left in a mere bureaucratic procedure, after crossing borders there was no greater request for anything, even when I brought as many documents to give as gifts. In fact, I wanted to be asked for each and every one of them so that all the efforts and stress would be worth it. And I believe that these stories are repeated in different ways and in different contexts, it should also be said how migration policies and now health policies, are going to respond differently in each geopolitics. Without a doubt passports and origin location will determine biopolitical and health controls. We cannot deny this transversal privilege.
To give continuity to this review, it would be equally important to mention that listening to the word Ibiza, as a territory – destination – of action art decontextualizes us because in the general collective imaginary it is one of the cities most related to tourism, parties, excesses, to the possibility of doing and being anything. It is the island of freedom, of possibilities made reality, which does not deny the relevance of a festival in this location, that is, and to give context to this premise: It is true that Ibiza is the island of freedom, but for those who can afford it, for those who have access to private parties, luxury hotels, yachts for 12,000 euros a day to say the least; it is a city to which tourism and gentrification has generated increasingly difficult housing and working conditions for the local population, not to mention the lack of water that exists on the island. And this is not strange to us because gentrification is happening in many cities worldwide and we can even recognise that contemporary art contributes to these gentrification processes. It will clearly depend on the proposal, on the immersion of the territory, on the way in which it is inhabited and lived, in the relationship with the territory, of the possibility of exchange and strengthening of creative practices and the encounter with other visions and processes that the external-internal artists allow and dispose of. I believe that these points have been constantly thought by action art artists and in particular by those who seek an approach with other realities and who try to strengthen their practices from the perspective of sharing and accompanying. That is why the relationship with local artists is fundamental since they are a bridge of communication, they are a possibility to dip our feet in water and feel the temperature of the environment. I cannot fail to mention that these thoughts arose thanks to my meeting with artist Jèssica Ferrer, who gave us a much broader and contextual look with respect to the territory of Ibiza and its varied and different realities. Jessica’s performative proposal within the festival revolved around bringing visibility to the local population by glueing posters in the expensive yachts harbour area the expression (Som Aqui- in Catalan – which would be I am here in Spanish) in relation to peasant work and the disproportional situations between tourists and the inhabitants of the island.
This is only a brief perspective of the context in Ibiza, without wanting to be reductionist but with the awareness of an external look, with a short and temporary gaze on multiple realities to which we had only access momentarily but that was enough to give us the framework on which the action art festival was taking place. An international performance art meeting that brings together artists from different latitudes of Latin America and Europe and those who, together with the organisers, were the bodies that traveled and built the TERRITORI and that generated a poetic potencial from the accompaniment and affection
Without pretending to romanticise, because without a doubt this limits the possibilities of being critical and to continue denaturalising these forms that challenge us from our particular visions of resistance. I consider that one of the great successes of the festival was precisely the curatorship of the artists who had diverse artistic work and forms of expression, with energies at different levels, with urgencies and emergencies specific to each subjectivity, with imperative spatial and bodily needs, different tongues and languages, with unique expertise and visions, with personal discourses that are beyond fulfilling quotas or social conjunctures, all were bodies in transit with their own needs. But these needs did not remain in a simple I, they were intermingled and generated a synergy of accompaniment. Perhaps many people do not perceive it, but the performance community in different spaces has an energy that shelters and takes cares for each others, it becomes a kind of collective mass that feeds itself, giving comfort when necessary by listening, speaking, finding that which builds us collectively, that reflexes us and at times also drives us away; it is a different way of thinking even the word family and this does not mean that there are no disappointments or disagreements or discussions, which are issues that we cannot ignore in the face of emotion and affection, but these moments are also those that build the common space and allow the possibility of resisting and being resilient. In the first person I would like to mention that I found affectionate energies, loving, happy, crazy, reserved, extroverted, encounters with chemistry and without chemistry, energies that fed my memory of past experiences. I found siblings, I rediscovered affections and consolidated old ones, I found new colleagues, and this is certainly worth to be express and written here.
I remember deep talks and others not so much, some chewed talks in our different levels of English or even in our variations of Spanish. I remember coincidences and matches with colleagues that I had never seen. I remember offering ourselves to assist other artists by buying last minute things and sometimes in the need of asking for a favour. I remember excursions to get to know a performance location that ended in naked dip in the Mediterranean waters. I remember the Bar Norte, a meeting point with the city and the local. I remember the farewell dinners. I remember Jèssica’s car, a classic that surprised us for its good conditions. I remember the special approach the local artists had with us. I remember people who accompanied us day after day, attending every action, always giving strength and making documentation. I remember the earrings Nuria gave me, the visit to the Micus Gallery (a wonderful place). I remember finding a Trans * Sister on a bench in the city center on the last day of the festival to whom I talked briefly and who had seen my action Afeminadx a day before in Vara del Rey Square. I remember Zidrija removed a hedgehog thorn from my foot the day before leaving. I especially remember a hug that transported and activated my emotions as I had not experienced for a long time. I remember going for a walk through the city at night, always with the pleasure for anonymity, for the possibility of getting lost and then returning to re encounter.
I write all this because placing the body is not a simple action. It is believed and thought in certain circles that action art artists do whatever and perhaps this is why it was one of the topics addressed in the round tables within the festival. Performance artists are often invited to animate openings, to shock and attract the attention of the media, or even to satisfy quotas. It is thought that because we have the ability of working site specific we can adapt without big efforts to any circumstance and situation, and perhaps it can happen but it will depend on the experience, energy, emotions and time of each performer. But something that we must not forget is that placing the body is putting out there everything we are since we are not disconnected from what we feel or think, not in the cartesian way. We are not acting we are our body out there. Placing the body implies a physical and emotional wear out, it is open to be affected by the space and by those who inhabit it. Sensitivity plays an important role and it should not be omitted because (as I emphasise every time I can) we artists are researchers. Artists go through long-term research processes and in a committed way, these discourses are at the core of our existence and we work to express them in different ways and with our own resources. Placing the body in public space requires energy, courage, urgency to position oneself, rage, and this goes beyond art, it comes from life itself. Placing the body in public space implies dialogue, disagreement, dispute, cunning, affection, the ability of fast reaction, caring for oneself, caring for others, it implies embodying and living it.
I am still thinking with many questions and emotions, tired and with traces on my body, with incorporated affections, with the experience of new realities, with a jet-lag that has been the constant line of conversation during the festival and on my return. I recognise the importance of the generation of these performance art festivals, of these encounters, of becoming aware within our artistic practice of the implications of the body in space in relation and function of another, of the body that accompanies and protects but also of the one that repels, always in the search to generate community or perhaps not. To seek the possibilities of other experiences, other realities, without hurry, without the intention of being validated, or perhaps but being aware that its not the same to place the body with its signs as to place an object to animate an exhibition space.
In this sense, and I always consider it important, I want to thank those who dared to wear out their bodies thinking that in this wear down we discover other forms, other corporealities, other cracks, other ways to rebuild and heal. Thanks to the organization of Terriritori Festival, to all the artists who participated and to all those who accompanied us with great affection.
Text written on October 5, 2021
ACCIÓN Paula Baeza
Imágenes cortesía de Diana Soria Hernández y Fausto Gracia
