La Gestión de lo Cultural

Foto: Museo Comunitario General Tomas Mejia.

Por Ofelia Muñoz Catalán

En la actualidad gestionar como verbo nos remite a pensar en esa cantidad de documentos por recopilar y diligencias para resolver un trámite o problema de la manera más efectiva para salir de él. La gestión como concepto es  omnipresente ya que nos lleva considerar varios ámbitos: la gestión del turismo, la gestión de la salud, la gestión de las TIC´s, la gestión de la industria restaurantera, la gestión de la administración pública y la lista sería interminable pero en lo que respecta a este texto nos vamos a centrar en el campo de la Gestión de lo Cultural.

Desde mi propia subjetividad, he considerado escribir acerca de este tema pues en los últimos tiempos se ha desatado una ola de “gestores culturales” que a ciencia cierta, no sé si tengan una idea ampliada de lo que significa ser y hacer una gestión de la cultura; ya que desde una visión simplista se cree que solo se traduce a la representación de artistas y/o agrupaciones además de la organización y promoción de eventos; por cierto también hay quienes nos dedicamos al área de la investigación y a la academia. Por su parte se encuentra la fila de los adversarios que invalidan a la Gestión de lo Cultural porque la creen como materia insulsa.

Anteriormente, se consideraba al gestor cultural como un ser filantrópico típicamente formado en la praxis de campo y desde el empirismo propio. Hasta hace unos veintitrés años, -en 1998 para ser precisa- la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas Culturales para el Desarrollo, celebrada en Estocolmo, Suecia; pone al gestor como una figura cultural, para buscar la profesionalización de este, y sobre todo pensándolo con una formación académica multidisciplinaria que le permitiese tener un campo de acción más amplio.

La profesionalización se lleva a cabo en varias universidades. Desde hace casi dos décadas, se oferta la licenciatura presencial o virtual, maestrías y recientemente hasta un doctorado. Hay quienes han optado por tomar seminarios o  diplomados. Situándonos ya en el campo socio-cultural, esta figura del gestor cultural es un sujeto social que a través de su capacidad de agencia podrá incidir en comunidades y grupos sociales determinados, que tienen ciertas problemáticas o necesidades socioculturales, tampoco se trata de una figura mesiánica que trae una consigna de rescatador o fomentador de paternalismos.

Para que verdaderamente un gestor de lo cultural pueda llevar a cabo la ejecución de los proyectos en el que esté involucrado, es necesario que para formalizar su profesionalización tenga conocimientos relacionados en otras áreas como: Administración, Estadística, Políticas Culturales, ámbito de lo legal no solo en Derecho sino también en la propiedad intelectual y Derechos de Autor, aunado a la Sociología, Antropología Social, Etnografía, Economía, Desarrollo Organizacional, Comunicación, Mercadotecnia y Relaciones Públicas. Y un aspecto que me parece medular también, es que se encuentre en facultades y capacidad de sistematizar y saber hacer evaluaciones del proyecto ejecutado como puede ser de: impacto, de resultados, de análisis financiero, de lo artístico, del plano técnico. Solo por mencionar algunos.

 El mundo actual está en constantes cambios. En estos desordenes gestionar significa reaccionar a este cambio continuo, percibirlo y evaluarlo, decidir acciones para ponerse en marcha y actuar. Esta acción se convierte ella misma en una parte del flujo de los acontecimientos, ideas y cambios que conllevan nuevas percepciones, evaluaciones y futuras acciones” (Checkland, P.).

Y es que siguiendo la Metodología de los Sistemas Blandos de Peter Checkland, gestionar se traduce en llevar a la acción las soluciones de las problemáticas que solo atañen a los actores sociales que se desenvuelven en los ambientes políticos, sociales y culturales. Por supuesto que es mucho más complejo de lo que se explica aquí; habrá que tomar en cuenta los cuatro pasos fundamentales que sugiere Chekland:

1) Aprendizaje, 2) Cultura, 3) Participación y 4) Modos de pensamiento.

Para cerrar esta primera parte comparto una concepción de construcción propia de lo que es un gestor de la cultura:

Es un sujeto social, que desarrolla su capacidad de agencia para incidir y construir o re construir una comunidad determinada, es autogestivo, reflexivo y crítico. De su trabajo, sabe analizar, distinguir y priorizar las necesidades de los grupos sociales, confiere y administra los recursos con los que cuenta, es preciso para delegar tareas y trabajos a su equipo. En lo que toca a los recursos humanos, no los llama así pues antes que nada su visión es desde el Humanismo, por eso actúa desde el SER: Ser ético, Ser responsable, Ser respetuoso y Ser tolerante.

En la siguiente entrega expondré acerca de las atribuciones que la ley le confiere a un gestor de la cultura, citaré  artículos de la CPEM, de la Ley de Derechos de Autor y alguno  que otro ejemplo.

Continuará…

About Ofelia Munoz Catalan

Ofelia Muñoz Catalán (1973) docente, investigadora del patrimonio cultural del estado de Querétaro, tiene estudios de posgrado en la Gestión de lo Cultural (UDG). Ha asistido a diversos coloquios y seminarios a nivel nacional para exponer sus hallazgos y aprendizajes, gusta de escribir crónica y tiene una voluntad férrea para contribuir en la vida artística y cultural.