- CENADAC y Colectivo Astillados de Ruido una mancuerna de propuesta escénica que explora la femineidad.
Texto y fotos: Demian Chávez.
Querétaro, Qro. 24 de septiembre de 2021.- Eterno Femenino es una obra coreográfica que explora el género, la feminidad, la maternidad, la sexualidad y la sublimación del amor. Así lo describen sus creadores del Centro Nacional de Danza Contemporánea (CENADAC) y el Colectivo Astillados de Ruido que dirige la maestra Beatriz Juan Gil y Didier Olvera.
De acuerdo a Christian Yussel coordinador y productor de eventos especiales para CENADAC la elección de los personajes se debió por elección del ejecutante y que le fuera significante. Una vez determinados estos se llevó acabo un trabajo de mesa de investigación profunda sobre los personajes de Safo de Lesbos, Eloisa (Héloïse d’Argenteuil) y Rosario Castellanos para desifrar los mitos y encarnarse en los personajes.
Yussel comenta que “esta investigación generada por los coreógrafos nace de la inquietud de hablar de lo femenino que no particularmente tiene que ser una cuestión de género. Sino de lo femenino que habita en todos y todas. Por eso tenemos a un hombre interpretando a Safo, porque nos importaba mucho abordar lo femenino desde las sensaciones y lo que nos sucede adentro”.
Este programa que tuvo su estreno en el Teatro de la Ciudad la noche del 23 de septiembre, en los siguientes meses será un ejercicio didáctico a manera de conversatorio “en donde podamos ver y oír a estos personajes y con y que nos cuenten más de su contextos y de su tiempo. Esta ocasión del estreno no se llevó acabo este conversatorio porque consideramos que esta función debía ser para el público en general, pero en sí dentro del marco de la convivencia estudiantil del CENADAC que será a finales de octubre. Ahí tendremos esta dinámica en la que podríamos incluir no solo el diálogo con los bailarines, hablándonos de su acercamiento a estos personajes. Sino además de la posibilidad de incluir a poetas, literatos o filósofos a reflexionar sobre estos personajes de la historia”.
Para Christian Yussel la Danza sigue viva a pesar de la pandemia, expresa eufórico que “el proyecto de la maestra Guillermina Bravo sigue aquí, el CENADAC está de vuelta, tuvo un un lapso fuera de escena por la pandemia pero estamos renovándonos, buscando nuevas formas de llevar el movimiento y la danza al público ya sea de manera virtual o presencial. Nos queda claro que queremos ser parte de los nuevos formatos y estamos trabajando muy duro en regresar a generar escena. Por ejemplo uno de los pilares del CENADAC es la Compañía Epicentro, que es un proyecto fundamental porque es donde nuestros alumnos y alumnas tienen la oportunidad de salir a foguearse al escenario, estamos trabajando para que vuelva a generar repertorio y sea un referente, una compañía activa y representativa de la danza en Querétaro”.
Por su parte Didier Olvera que interpreta al Safo expresa que la experiencia de la creación del personaje fue complicada y profunda. “Partimos de los poemas, y del texto nos fuimos llevando al cuerpo. Donde la exploración corporal fue complicada porque en mi cuerpo de hombre a veces la coreógrafa me pedía sensaciones. Tuvimos que buscar muy dentro ese eros femenino poder sacarlo y poder experimentar con ello.”
Sobre investigar la femineidad en la corporeidad del hombre expresa que “creemos que como seres humanos tenemos al interior un hombre y una mujer, no es una pelea, cada uno tiene estos dos poderes y cuando se funden llegamos a esta incandescencia, como dice Virginia Wolf”.
La coreógrafa y bailarína Beatriz Juan Gil que elaborá el papel de Eloísa expresa que “fue muy interesante el trabajo de mesa. En el análisis de las cartas de Eloísa y Abelardo; explica, que entró a una Abadía por amor; pero en nuestra interpretación nunca la vimos como una mujer débil en sus cartas, sino que descubrimos que era una mujer que estaba fuera de época, estaba mucho más adelantada. Por eso nos interesó y por ello viene la sublimación de Eloísa al final de la pieza coreográfica, porque no es esta mujer que se desgarra por amor de un hombre sino por el concepto del amor”.
Finalmente el personaje de Rosario Castellanos que interpreta Claudia Herrera fue complejo y sencillo a la vez, relata que “al ser un personaje más actual y fresco hay muchísima información, pero eso lo hizo complejo también porque habría tanto que decir de ella de sus poemarios, de trabajos periodísticos o entrevistas. Por eso la complejidad de manifestar todo lo que ella es en su totalidad. Y también porque no decirlo, estaba adelantada su tiempo en un momento histórico en el que la diferencia de género estaba muy marcada, ella lo veía, lo exponía, y luchaba por ello. Rosario Castellanos bien viene a exponer que a partir de estas dos fuerzas, el masculino y femenino porque ella estaba en ese mood, también que es reflexionar que el femenino está en todos lados como el masculino también”.
Y añade “nosotras -si lo pensamos como género-, gracias a esa energía masculina que habitamos podemos lograr muchas cosas, y el hombre también al tener esta energía femenina. Con ello logramos una diversidad de lenguajes, conectamos con el arte, y nos hacemos más productivos cuando nos reconocemos que tenemos esa dualidad. Lo femenino que habita en todo ser vivo, no es una cuestión de género”, concluyó.
