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Instalación fotográfica en el XV aniversario del Encuentro Fotográfico México 2022.
Por Demian Chávez.
San Andrés Cholula, Puebla. 19 de noviembre de 2022.- Una familia entra en la primer sala del Centro Cultura 11, en San Andrés. Cholula. Y a lo que se enfrentan no es una bodega abandonada ni al depósito de basura que alguien dejó abierto. Es una instalación visual, táctil y sonora titulada como Grado 96: Las otras víctimas del fotoperiodista y artista visual Rafael Durán, que se exhibe en el Centro Cultural 11, de San Andrés Cholula, en el marco del quince aniversario del Encuentro Fotográfico México 2020.
La instalación no es una pieza de arte puritana, es una dura critica social a partir de una experiencia táctil, sonora y visual que golpea al espectador con una escena desgarradora, y que es cotidiana en una casa donde existe violencia por causa del abuso de las bebidas alcohólicas. El espectador es inmerso frente a un cadáver que ha sido tapado y está resguardado por la línea perimetral de la policía. Los espectadores vuelven a revivir los sonidos de llanto de un niño desesperado por una escena de violencia en su casa, luego los gritos le personas anexadas.
Durán es cruel con su público porque hace que los espectadores se formen imágenes mucho más tremendas en su imaginación a partir de la atmósfera sonora y que se refuerzan con la escena de botellas de cerveza tiradas en el piso, en la mesa, así como vasos y copas rotas que dan la sensación de una escena violenta ocurrida en ese espacio, causada por el exceso del consumo de alcohol.
Estas imágenes se refuerzan por las fotografías distribuidas orgánicamente en la mesa y con retratos de personas montadas a manera de arte objeto dentro de botellas de bebidas alcoholicas.
Una pieza censurada
Rafael Durán en conversación con Artes y Destinos indica que Grado 96, Las otras víctimas es una pieza que no sea exhibido completa porque no hay espacio.
“Esta pieza está comprendida de prendas, testimonios, videos; y que ha sido censurada por su naturaleza. Nadie quiere aceptar tal enfermedad y menos que se la muestres en un espacio cultural. Porque también duele nuestra realidad. Duele ser de los invisibles, de los apestados, de los enfermos alcohólicos”.
Durán describe que “desde casa el enfermo alcohólico es el apestado: el tío teporocho, el papá pedote; y eso genera mucha de la violencia que ahora vemos. La desintegración familiar y muchos actos de humillación hacia quien lo único que quiere es echarse un trago para poder seguir vivo. Pues es lo único que le quedan la vida para su pensamiento”.
A lo largo de su carrera como fotoperiodista y artista visual ha podido sumergirse en este tema de los anexos y recontextualizar las piezas que en algún momento fueron solo piezas fotoperiodísticas para adquirir el estatus de pieza de arte critico y contestatario frente a un problema de salud pública.
12 años de documentar
Rafael Durán comparte que son 12 años de documentar los anexos, de testimonios de audios, de “documentar con entrevistas el proceso que viene desde la fiesta o desde el trago la calle hasta los anexos y la muerte misma”.
El artista visual relata que “hay casos de historias dónde está un chavo en el anexo, se escapa y mata a su amigo y termina la cárcel. Tenemos otro caso, de una enferma que tiene una hija de trece años. Estando en el anexo se pone ingobernable, se escapa y va de fiesta con uno de los enfermos alcohólicos a quien mata a tijerasos. La meten a la cárcel y meses después matan a su hija que aparece golpeada, violada y debajo de un puente de la colonia Zaragoza. Eso es parte del trabajo de 12 años de documentar”.
Rafael Durán ha podido observar que la pieza toca fibras más sensibles de los espectadores, quienes en algunos casos, han salido llorando al salir de observar la experiencia de la muestra Grado 96, las otras víctimas.
“Me queda claro te la fotografía funciona como herramienta de cambio. Impactó el mensaje fotográfico en ellos. Ojalá qué la fotografía que vieron y sintieron al estar acá, porque es sensorial esta muestra, ojalá que lleguen a su casa y vean a su hijito de otra manera. Ojalá y piensen como va a ser la fiesta de este fin de semana”.
La pieza está pensada para un publico adulto y critico, “es un espejo” infirió.
