Entre las callejuelas de la cabecera del Municipio de Colón, se encuentra la escuela del telar.
Este espacio nos recibe con una exposición en el lobby que describe las diferentes técnicas, artículos, encargos y hasta piezas que han ganado concursos nacionales.
A unos cuantos pasos, avanzando en las entrañas de la casa ya se pueden escuchar los telares tradicionales, el pedaleo, las risa, el chasquido de las máquinas de madera cuando apretan los hilos y que se mueven al ritmo de los pies y las manos de los tejedores.
No hay día José Vega heredero de la tradición no pase hilando, coloreando la lana, corrigiendo el trabajo de sus colegas y alumnas. Esta es una tradición heredada de su abuelo a su padre y ahora él comparte un fragmento de la cultura del municipio.
Las técnicas que aprenden las alumnas serán desde urdir telas y teñirlas, hilado en rueca, el cardado rústico, tejido liso, grecado. Para fabricar desde piezas ornamentales como jorongos, sarapes, suéteres hasta edredones y caminos de mesa. Esta tradición que parecía solamente reservada para hombres, ahora en su mayoría las mujeres son las que mantienen la tradición.
El cronista municipal Cristóbal Vega Prado escribe de los “Obrajeros”, artesanos de lana; que el oficio fue enseñado a los otomíes por los frailes franciscanos hacia 1700.
“Colón, “Tierra de Sarapes”, de profunda religiosidad, con cultura y tradición, con lomas y cascadas, bosque y valle, construcciones antiquísimas detenidas en el tiempo. La riqueza artesanal, se encuentra en el escudo de armas del municipio, que ostenta el símbolo por excelencia que identifica a esta población por su calidad en los tejidos de telar de pedal; la pintura de un sarape, en medio de los múltiples recursos naturales, símbolo de este pueblo y cultura de raíces chichimeca-otomí.
Este reconocido oficio, es parte de la identidad del pueblo de Colón, sus poetas y trovadores, han sido inspirados por esta noble artesanía”.
La escuela del telar se fundó en 2014 y desde entonces no han detenido la transmisión del conocimientos. Solo en los días álgidos de la pandemia hicieron una pausa que retomaron con las medidas precutorias para evitar posibles contagios.
