Querétaro, Qro 28 de septiembre de 2021.- El espacio como cuerpo es una investigación de la artista alemana Kathrin Bauer, cuyo resultado es una instalación in situ sobre el cuerpo humano en un sentido que va más allá de lo físico. ¿Cómo refleja la arquitectura nuestro sentido corporal?, ¿Qué relación hay entre nuestros cuerpos y la forma de ubicarnos y crear espacios arquitectónicos?, en específico; ¿Qué tipo de corporalidad podría manifestarse en estas cinco salas del Museo de la Ciudad, un ex-convento de monjas del siglo XVIII?
La exposición trata del cuerpo individual y colectivo; un sistema complejo, tanto físico como energético, emocional y mental de muchas aristas, aspectos y dimensiones interconectadas, desarrollado para un conjunto de salas de este Museo.
La arquitectura particular de las salas es la base de la instalación en la que la dimensión física se encuentra estrechamente envuelta, tejida con el espacio. Para algunas de sus piezas, la artista usó residuos del museo (a manera de cuerpo ampliado) y los transformó en objetos de la instalación, los muros de las salas son divisiones, como los músculos y la piel. Sus límites consisten en membranas, paredes permeables que separan pero permiten la difusión. Hay dos entradas y una salida, por las que entra y sale energía.
Entre las salas del museo hay puertas, pasillos, conexiones que llevan y dejan circular la energía de un lugar a otro, de un aspecto a otro. Esta obra de Kathrin Bauer trata de crear un espacio vivo, un espacio que respira como un cuerpo.
Una referencia significativa para este trabajo es la idea del cuerpo como en la filosofía antigua china y en la medicina tradicional china: ahí el cuerpo es un conjunto de procesos y energías que refleja un orden más grande.
Los órganos forman parte de uno de los cinco elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua, estos cinco elementos son fuerzas dinámicas que gobiernan tanto la naturaleza como el cuerpo humano y que están altamente conectadas y vinculadas entre sí. La arquitectura de las cinco salas del museo se proyecta correspondiendo a los cinco elementos. Así, la sala principal del horno representa el corazón y el fuego, un lugar de calidez, alegría y transformación, donde se resguarda el alma, detrás de esta sala vemos la que representa el bazo/ estómago con el elemento tierra; un lugar dónde los alimentos se convierten en energía.
Los órganos son sistemas complejos que se expresan en ciertas partes del cuerpo, que contienen emociones particulares y corresponden con un cierto color y sabor.
Cada sala representa un sistema de órganos y por tanto uno de los cinco elementos:
Los pulmones: el elemento metal, se abre por la nariz; la respiración, el sistema inmune, la energía activa del cuerpo, la piel, los líquidos del cuerpo, la capacidad de distinguir y separar, los patrones, la estructura, el instinto, la presencia, la inspiración, el cansancio, la tristeza, la resignación, el color blanco, el sabor picante.
El corazón: el elemento fuego, el lugar del shen – del espíritu, se abre por la lengua; el color rojo, sabor amargo, la alegría.
El vaso: el elemento tierra, se abre por la boca; distribuye la energía, controla los músculos, el pensamiento, la concentración, la adaptación a cambios, las preocupaciones, el color amarillo, el sabor dulce.
El hígado, el elemento madera, se abre por los ojos; el flujo de la sangre, el flujo libre de las emociones, jugar, la dirección, la dinámica, la esperanza, las depresiones, las migrañas, el color verde, el sabor ácido.
Los riñones: el elemento agua, conserva la esencia vital, se abre a través de la oreja; los huesos, los dientes, el cabello, los órganos sexuales, la reproducción, el crecimiento, el sueño, el sudor, el miedo, el color negro, el sabor salado.
Varias de las obras expuestas están realizadas sobre las paredes y pisos del espacio. Son temporales y esta temporalidad recuerda la transitoriedad de nuestra existencia. El interés en lo efímero es muy característico en la obra de Kathrin Bauer. Todo lo que nace, se va a deshacer pero hay un punto desde dónde observamos todo lo que viene y se va. ¿Qué es?
Muchas de sus obras son casi imposibles de documentar. El mural del pulmón, por su transparencia, es difícil de percibir, aunque no lo vemos, siempre está ahí, igual a nuestra respiración.
A la artista alemana le interesa crear obras que no son fácilmente consumibles, que no podemos poseer como cualquier objeto, sino generar algo vivo donde nos reconocemos verdaderamente.
Kathrin Bauer, nació en el año de 1977 en Nauen, Alemania, actualmente vive y trabaja en Berlín, ha tenido exposiciones individuales como: “El espacio como cuerpo” 2021, Museo de la Ciudad de Querétaro; “Patterns of relating”2019 en la Galería Libertad; “Manifestation, Premarts”, en Berlin y “NO-DO” 2011, Galería del UCO, Querétaro.
De las exposiciones colectivas en las que ha participado están: “Standby Transformation” (2021), Galerie Azimut, Berlín; “Zwischen den Gipfeln, Zwitschermaschine and Premarts” (2018), Berlín; “Das Archimedische Prinzip, Zentralstation” (2016), Festival am Spreeknie, Berlín; ”Edison 63”(2016), Festival am Spreeknie Berlín; “Spreehoefe Project” (2015), Festival am Spreeknie, Schöneweide Berlín; “Art Experiments, Wire” (2015), Berlín; “Others in me, me in others” (2011), UCO para la Biennale de Querétaro, México; “Propios, inpropios, apropios, El Túnel” (2011), Querétaro, México; “E-4 Arte” (2010), Madrid y “Chile dulce & Pfeffis” Forgotten Bar Galerie im Regierungsviertel (2010), Berlín.
Para conocer más de Kathrin Bauer, visita su página: www.kathrinbauer.com o síguela en IG: kathrinbauer_artist o al correo kathrinbauer77@gmail.com.
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