Por Demian Chávez.
Querétaro, Qro. 02 de octubre de 2023.- El actor Rodrigo Murray, apenas iniciada la obra Leonardo, no se contuvo más y encaró al público. -Señora, ¿puede apagar su lucecita?, me estoy volviendo loco. ¿Es muy importante?- Luego del regaño, que el resto de los asistentes al Teatro de la Ciudad no supieron si era o no parte de la dramaturgia, continuó hasta el desenlace de una obra que se va ensamblando entre las líneas de lo biográfico y la ficción.
Para algunas personas que asistieron dió una masterclass. “Leonardo”, monólogo escrito y dirigido por Rodrigo Murray en el que interactúa con la pieza de la colección de Transformables del escultor mexicano, Sebastián: Leonardo IV. Esta pieza que, sobre escalada, acompañó la obra a manera de escenografía. Cada movimiento de la pieza representa un cuadro de Leonardo Da Vinci, pero también ficciona la vida de un actor y un herrero homónimo del escultor. Llegado el momento el aplauso se dió de pie.
Luego, el mismo Murray abrió la posibilidad del diálogo con su audiencia. Esta ocasión el intercambio va sobre la pieza escultórica, de la que Murray explica que “la pieza original, la hace hacia finales de los años 60, principios de los años 70. Es una pieza igualita a esta, nada más que de 30 centímetros por lado, y es uno de sus transformables (su movimiento) te permite apelar a la imaginación del espectador, sin necesidad de ver una sola imagen de Leonardo y sin embargo haberlas visto todas o ver un departamento o ver un tanque de guerra o ver un caballo. Porque la pieza nos permite justamente viajar a través de un músculo que usamos poco y cada vez menos en nuestra época” el cerebro.
Desde las butacas le preguntaron al actor si “¿la estructura de tu monólogo lo hiciste conforme a las posibilidades del movimiento del cubo o al revés, ¿cómo fue la creación de la obra?
A lo que respondió que “cuando, hace 12 años yo conocí la pieza, tenía pensado hacer otra cosa anteriormente, porque empecé a escribir en monólogo hace 15 o 16 años, entonces había imaginado una cosa distinta, que estaría bien hacerlo en algún momento. Un escenario lleno de piezas tiradas, y el actor que va construyendo algo que alguien no sabe que es, mientras se cuenta esta historia, y hacia el final de la historia resulta que es una máquina para volar, y se lleva a volar. Y entonces el actor se trepa a la máquina al final de la obra, y la máquina sale volando. Pero, pues no tenía presupuesto para hacer eso.
El actor realizó seis cuadros con la pieza, pero son cerca de 40, las posibilidades de movimientos. “Empecé los ensayos con la pieza chica, porque ésta todavía no existía, imaginando cómo iba a tener que llegar y de dónde iba a empezar. Ese fue un dilema que me llevó como 15 o 20 días, probando solamente el inicio, cómo hago para empezar. ( …) Y un poco iba dialogando con la figura y dialogando con el guión, entendiendo que necesitábamos los tres”.
De esta manera, Leonardo IV, quien es la primera ocasión que se presenta en un foro fuera de la Ciudad de México, fue aplaudido por los queretanos.
